lunes, 7 de noviembre de 2016

FUMIGACIÓN: TRES DÉCADAS DESTRUYENDO A COLOMBIA

Por: GERMÁN CASTRO CAYCEDO. 6 de noviembre de 2016


Germán Castro Caycedo habla de la incidencia de EE. UU. en el auge de cultivos de droga en el país.
  
Los medios de prensa han vuelto a registrar en sus titulares, ‘Washington preocupado por aumento de los cultivos de coca’.

No obstante, en el año 2001, Thomas McLarthy, asesor del presidente Bill Clinton, aseguró en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Lima: “Los Estados Unidos, con menos del cinco por ciento de la población mundial, consumen el cincuenta por ciento de la droga que produce el mundo”.

A pesar de esto, hoy para Washington la causa de que los cultivos se hayan duplicado entre los años 2014 y 2015 es la suspensión de las fumigaciones aéreas con glifosato, prohibido en los mismos Estados Unidos para ser aplicado mediante el sistema que ellos implantaron en Colombia.

Analizando los millones de dólares invertidos en la guerra contra las drogas en este país, los herbicidas de la firma estadounidense Monsanto son los únicos ganadores de una destrucción de treinta años.

Hoy, a pesar de que el Presidente de la República ha reiterado que el comienzo de la sustitución de cultivos ilícitos por otros medios está siendo exitoso, la insistencia de funcionarios menores ajenos al problema continúa siendo la devastación con herbicidas de sistemas vitales para la humanidad como la Amazonia, uno de los medios generadores de vida más importantes de la Tierra.

Sin embargo, a la vez que aquellas voces de segundo plano insisten en que Colombia debe regresar a las fumigaciones aéreas, omiten que Ecuador condenó a Colombia a suspenderlas a lo largo de su frontera.

En marzo del año 2008, Quito nos demandó ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya “por los graves daños genéticos causados a la población fronteriza expuesta por Colombia a los potentes herbicidas Paraquat y Glifosato”.

La base de la denuncia fueron estudios académicos realizados por cuatro universidades ecuatorianas, según los cuales “por la incidencia de herbicidas, un diez por ciento de la población afectada está en riesgo de daños genitales que pueden ser irreversibles (riesgo de contraer cáncer y procrear hijos con malformaciones congénitas)… Además de destruir el ambiente, el suelo, las plantas y los animales”.

Luego, en el año 2013, tras aceptar su culpabilidad, Colombia fue condenada a pagar una indemnización de quince millones de dólares y se le ordenó en forma perentoria “abstenerse de fumigar a menos de diez kilómetros de la línea fronteriza”.

El Estado colombiano afronta en su contra multimillonarias demandas por cuenta de los presuntos daños que han ocasionado las fumigaciones aéreas con glifosato a cultivos ilícitos.

Si bien estos procesos legales todavía se hallan en curso, debido a su cantidad y costo –de acuerdo con fuentes del propio Gobierno– podrían representar un duro revés jurídico y presupuestal.

Según información de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica, el Estado enfrenta 259 procesos por aspersión aérea con glifosato a cultivos ilícitos, cuyas pretensiones llegan a los 1,7 billones de pesos.

Hay dos factores que son comunes en estas pretensiones. Uno es que la aspersión con glifosato supuestamente causó problemas de salud en varias comunidades, y el otro es que dicho herbicida habría afectado cultivos de pancoger.

La demanda más costosa es por 1,7 billones de pesos y la interpuso una comunidad del Cauca, en el 2010, argumentando que “es afectada por indiscriminadas aspersiones aéreas con glifosato y otros componentes como método utilizado para la eliminación de cultivos ilícitos”.


http://www.eltiempo.com/politica/justicia/german-castro-caycedo-habla-del-glifosfato/16744377

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